Nos encontramos en la
recta final de las campañas políticas en el Estado de Querétaro. San Juan del
Río, Tequisquiapan, Pedro Escobedo, Cadereyta, etc., están invadidos por los
actos de campaña, algunos originales cada candidato su corrido, su canción y su
sonrisa: La estridencia, la guerra sucia, los “memes” y las supuestas “filtraciones”
son el argumento más sólido de los múltiples candidatos. Ruidos, porras,
gorras, playeras y trípticos, disparadas a diestra y siniestra. Los “cuartos de
guerra” de los candidatos, están esperando el error, la pifia, el acto fallido
freudiano; buscan en los medios maquillar el aburrimiento, despertar del
letargo al objetivo de sus actos, acciones y sueños: El elector. El tiempo
corre inexorablemente y el elector escucha, lee, atiende y reflexiona. Las
declaraciones de los candidatos en su defensa o a su ataque, son lo que resuena
en los medios. Las propuestas, las ideas las realidades, descansan, se ocultan
o en la mayoría de los casos, no existen. Quejas, críticas, señalamientos,
gritos, risas y ocultamientos. El elector observa, apunta, se decepciona; Las
colonias lejanas, las comunidades cercanas, están invadidas de recuerdos de los
“programas” sociales y la amenaza se presenta: “Si votan al otro, se terminan
los apoyos…” “Si eligen al enemigo, toda ayuda se recortará en su comunidad” El
elector se entristece del cinismo desesperado; Lo de siempre, promesas, futuros
apoyos, futuros, futuros: “si votas por mí…” El elector piensa que es delito
electoral, el habitante de la comunidad, jodido, sin el futuro del que le
prometen, acepta, y vota. ¿El elector, quién es? El que reflexiona o el que
acepta el “regalo” El elector, es el que revisa el accionar del gobierno y
recuerda cuando ya instalados en el presupuesto, como se olvidad, y no reciben,
te mandan al acto de la “sala de espera”, muy contrario al acto de campaña. En
fin, se desaparecen…El elector, en silencio observa, puede que nunca fue a un
acto de campaña, porque está en sus ocupaciones, pero los candidatos saben que
son la mayoría. El elector piensa en no votar, pero luego reflexiona que nos es
conveniente y acudirá a las urnas sabiendo su poder. El elector no perdona,
castiga, recuerda; no le gusta la humillación del poder, del “efímero poderoso”.
El elector no opina en las encuestas, que son otro engaño más de este mundo de
claroscuros…El elector desconocido, sí, ese que es la mayoría, aún no ha
decidido, su opinión será el día de la elección. Candidatos, no se olviden, que
el Elector desconocido, es mayoría, sí, ese que fue a pedirles un apoyo siendo
gobierno, y no fue escuchado. La mayoría que vota, la que decide. Los invito a
votar este 7 de junio. El elector desconocido sin duda estará desde
temprano…Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!
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