La Secretaría de Salud del Estado de Querétaro informa que cuando los niveles de ácido úrico en la sangre son muy
elevados, el organismo no es capaz de eliminar este exceso por la orina por lo
que se deposita en forma de cristales en algunas articulaciones, provocando la
enfermedad de Gota con el típico “ataque de gota”.
Este depósito provoca dolor intenso, hinchazón, enrojecimiento acompañado de una gran sensibilidad al tacto y aumento
de la temperatura local que afecta, con frecuencia, el primer dedo del pie
aunque también puede afectar a rodillas,
tobillos y otras articulaciones.
La mayoría de las ocasiones la elevación del ácido úrico en la sangre se acompaña de otros padecimientos como: sobrepeso,
obesidad, diabetes, hipertensión arterial, entre otros.
La prevalencia ha ido en aumento en las últimas décadas y se incrementa
sustancialmente con la edad y los niveles de ácido úrico en sangre. La gota es la
causa más común de artritis en hombres de
40 años, mientras que en las
mujeres afectadas generalmente se presenta después de la menopausia.
A la presencia de niveles elevados de ácido úrico en la sangre se le
conoce como hiperuricemia.
En las
personas que ya padecen gota, la persistencia del ácido úrico elevado hará que cada vez sufran más ataques y se afecten más articulaciones. Por el contrario, si mediante
el tratamiento se reducen los niveles de ácido úrico por debajo del nivel de
cristalización, los cristales de urato se
irán disolviendo lentamente
hasta llegar a desaparecer y, con ellos, la posibilidad de sufrir nuevos
ataques de gota.
El
principal factor para que se produzca es de tipo hereditario. Las personas con
familiares que hayan padecido gota o hiperuricemia tienen más riesgo de sufrir la enfermedad. Los excesos
alimentarios o el consumo de alcohol favorecen el aumento del ácido úrico y sus complicaciones en
estas personas predispuestas.
Cuando
un ataque de gota cesa, los cristales de urato permanecen en la articulación de modo que un nuevo ataque puede aparecer en
cualquier momento. Por ello debe enfocarse como dos problemas independientes:
por un lado, el tratamiento y prevención del ataque agudo de gota y,
por otro, el tratamiento del depósito de ácido úrico en las articulaciones.
La
Dependencia Estatal comunica que los pacientes con dietas inadecuadas deben
considerar corregirlas y controlar su sobrepeso progresivamente. Existen
medicamentos eficaces para reducir los niveles de ácido úrico en la sangre con el
objetivo de permitir la disolución de los cristales en las
articulaciones. El médico recomendará el más adecuado para cada caso.
Un
control adecuado del ácido úrico en la sangre reduce los
ataques a largo plazo, aunque pueden aparecer todavía algunos al inicio del
tratamiento. Si esto sucede no abandone la medicación que le ha prescrito el médico.
En la
mayoría de los casos, una dieta
adecuada para perder peso es suficiente para controlar la hiperuricemia. No son
convenientes las dietas excesivamente bajas en calorías ni los periodos
prolongados de ayuno. Es fundamental la restricción del consumo de alcohol y la
ingesta abundante de agua.
También debe evitarse la ingesta de grasas, no comer
excesivas cantidades de alimentos proteicos (carne, pescado, huevos), hacer ejercicio
con regularidad y en ocasiones será necesario añadir medicamentos como ya se mencionó con anterioridad, siendo el médico quién valorará si estos están indicados.
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