Si no creemos en la libertad de expresión para la gente que
despreciamos, no creemos en ella para nada.
Noam Chomsky
El 11 de enero, un domingo en París; las
calles invadidas de millones de personas, de todas las razas, de todos los
credos, indignadas, molestas, con tristeza, expresaban su hartazgo, su miedo. Unos
días antes el 7 de enero, las oficinas de la revista satírica “Charlie Hebdo”
fue invadida arteramente por un mal que ensombrece el horizonte del siglo XXI,
el terrorismo Islámico por medio de los actores materiales: los hermanos Said y
Cherif Kouachi, con la sangre fría como un elemento contundente de su modus operandi hirieron de muerte a 12 periodistas,
caricaturistas: Stéphane Charbonnier “Charb”, Cabu y otros notables artistas de
la sátira y el humor negro. Regresemos al evento del domingo 11 de enero, en
parís, en las fotografías que nos llegan de las agencias de noticias,
observamos a gente con banderas, con revistas de “Charlie Hebdo” en las manos,
etc, etc, lo que me llamo la atención, fue una vanguardia de la marcha por la
paz que convoco a más de cuatro millones de personas, y fue seguido por redes
sociales y medios de comunicación electrónicos y escritos de todo el mundo. En
esa vanguardia, se observa a el presidente de de Francia, el país dónde se
realizó el ataque terrorista y cincuenta más líderes de todo el planeta. Está
bien, una acción solidaria contra el terror, sin duda, es algo importante, lo
que me causa risa, es que observo en la misma al primer ministro de Israel, que
es de todos conocido que vive una eterna guerra contra Palestina, y que ha
dejado en la franja de Gaza el escenario oscuro de violación de los mínimos
principios de los derechos humanos, en nombre de la integridad del estado
judío. Observo a un presidente de Turquía, que ha impedido el desarrollo de las
libertades más primarias como la expresión que en esta marcha se tiene como
bandera y de muchos políticos más que en sus países tienen mano dura, por la
disidencia, por lo que no es oficial, y que ahora están de la mano en contra de
una acto, que de paso les digo, lo rechazo, toda acción que produzca la muerte
es una acción equivocada, sin fundamento y sin objetivo de libertad. El acto,
realizado en París es un evento que se rechaza y se pide que la justicia llegue
hasta sus últimas consecuencias. Pero también, es menester reconocer, que
acciones emblemáticas como esta, son el huevo de la serpiente que puede dar como
resultado, un mundo, menos libre, más nacionalista y con la patente de corso de
la Islamofobia, se presume un ambiente medieval en pleno siglo XXI, aunque una
de mis teorías es que nos encontramos en una nueva edad media, claro, con mucha
tecnología que según nos une, pero lo único que produce es distanciarnos y
meternos en murallas selladas por el miedo al otro, a lo desconocido, que no
nos motivan a conocer los medios de control que existen en todos los países del
mundo “libre” espero, que mis pronósticos no se concreten y este acto
deleznable de terror sirva para dar vida a los grupos de ultra derecha en
Francia con Marine Le Pen y en otros países de la vieja Europa que están en
contra de la migración y a favor de gobiernos de derecha que brinden
seguridades a los nacionales antes que el extranjero. Es momento de
reflexionar, y no caer en los juegos mediáticos, el mundo actual no es el de
1940 ahora lo pluricultural habita en todo los continentes y es mejor entender
nuestra actualidad y no caer en los juegos de hipocresías y cinismo, que son
utilizados por los líderes de naciones que no respetan los derechos humanos y
las libertades mínimas en sus territorios, está de más, hablar del papel de
México en estos momentos…La libertad de expresión es una conquista universal
que brilla en el oscuro mundo de fanatismos y políticas de dominación, la
sátira es divertida, es una muestra de inteligencia y la sigo y la he ejercido
con responsabilidad, en este medio y en cualquier escenario, por eso mismo,
espero que este dantesco evento, no sea el pretexto para dar más oscuridad al
mundo, y restringir la libertad, sea un musulmán, cristiano o un ateo, por eso
mismo, Así, yo tampoco soy “Charlie Hebdo” ¡Todo bien!
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